Conflictos con Hijos Adolescentes
Hoy queremos hablarte de cómo enseñar a tu hijo o hija adolescente a lidiar con los conflictos que se le puedan presentar en su día a día.
Los conflictos forman parte de la vida de cualquier persona y también de la vida de tu hijo. ¡Son inevitables y van a suceder! No tiene sentido evitárselos con frases como «no pasa nada, no tiene importancia», sino ser capaces de resolverlos constructivamente antes de que se hagan más grandes y lleguen a afectarle emocionalmente. Un conflicto es una oportunidad para crecer y desarrollar nuevas habilidades personales.
- Entiende y respeta que está enfadado sin quitarle importancia. El enfado es una emoción secundaria que normalmente esconde dolor.
- Ayudale a calmarse antes de iniciar una conversación con él. Puede funcionar hacer respiraciónes centrando su atención en ellas, y/o separarse mentalmente del conflicto, cerrando los ojos y visualizando cómo sería si este mismo problema le estuviera ocurriendo a otra persona y no a él.
- Pídele que te cuente su conflicto de forma objetiva. Ayúdale a centrarse en lo obvio, en lo que realmente ha sucedido. Señala cuando esté haciendo interpretaciones, juicios, engrandeciendo la situación o anticipándose imaginando «catástrofes» improbables.
- Permite que exprese su dolor. Pregúntale qué cosas le han dolido y cómo se ha sentido con ellas. Es interesante que comprenda que no necesariamente el otro actúa para hacerle daño. Su dolor tiene que ver con él mismo, con sus valores, los cuales en ocasiones la otra persona desconoce.
- Favorece su empatía. Pregúntale cómo cree que su amigo se siente, qué pudo dolerle, e incluso puede ir más alla y entender qué cosas son importantes para el otro en su vida (valores).
- Imaginad e incluso ensayad una conversación sobre el conflicto con la persona que ha tenido el problema. La idea aquí es ser capaz de expresar al otro (sin juicios) lo que le dolió y cómo se sintió. Si no nos sentimos atacados ni atacamos, puede producirse un entendemiento más profundo respetándose los valores de cada uno y podemos pedir disculpas y aceptar las del otro.
Finalmente, podéis reflexionar juntos qué ha aprendido gracias a este conflicto. Sin duda, algunos de los aprendizajes serán:
- La eficacia de hablar tranquilo y evitar abordar cuestiones cuando está enfadado
- Comprender qué valores son importantes para él y contárselos a sus amigos para que los conozcan y puedan tenerlos en cuenta
- Entender que los demás también tienen sus propios valores y es importante que los conozca y respete
- Aprender a expresarse desde uno mismo, sin juicios ni interpretaciones
- Conocer qué técnicas para relajarse le resultan eficaces en momentos difíciles
Esperamos que el contenido de este post te haya gustado y te resulte útil para aplicarlo desde casa.