Poner etiquetas a los adolescentes es algo muy tentador. Es una etapa de la vida muy vulnerable, donde los jóvenes se comportan de manera impulsiva, rebelde, antisocial… Y es tan fácil como peligroso poner un nombre descriptivo y peyorativo a estos comportamientos.
Empieza a haber evidencia científica que confirma que la mirada que tenemos sobre los niños influye significativamente en su desempeño, es decir, que en la medida en que vemos a un menor incapaz, le estamos poniendo mas difícil su desarrollo.
También se sabe que la confianza que proyectas en un joven, le ayuda a encontrar su propia seguridad interior. Dicho de otra forma, cuanto más crees en él o ella, más fuerza le proporcionas.
Los adolescentes suelen tener baja autoestima. Les domina la incertidumbre frente a los cambios de su vida. Por ello es importante darles herramientas para construir una mejor versión de ellos mismos. Y la evidencia parece indicar que el primer paso es tener una mirada positiva hacia ellos.
Experimento sobre cómo afecta poner etiquetas a los adolescentes

Quizá hayas oído hablar de un experimento que llevaron a cabo dos psicólogos, Rosenthal y Jacobson, en las aulas hace unos años. ¡El resultado fue muy revelador! Y te garantizo que si lo aplicas con tu hijo adolescente, su vida puede mejorar radicalmente.
En un colegio se reúne a los profesores a principio de curso. Se les informa de los resultados que han obtenido los alumnos en un test de inteligencia. Y se les comunica que este trimestre se les agrupará según los resultados de dicho test.
En términos prácticos esto significa que en una clase se coloca a los que han obtenido mejores resultados en el test. Y en otra clase se agrupa a los que han obtenido peores resultados.
Hasta aquí, todo normal.
Podemos discutir si eso es una buena manera de sacar el máximo de cada grupo, pero por lo demás no parece que haya nada anormal.
Cambiar las etiquetas del experimento fue la clave
Aquí viene lo realmente sorprendente. Lo que hicieron estos dos investigadores fue cambiar totalmente los resultados. A los que obtuvieron buenos resultados le pusieron la etiqueta contraria: “malos resultados en el test”.
Por otro lado, a los que obtuvieron peores resultados les pusieron la etiqueta inversa: “buenos resultados en el test”.
En otras palabras, lo que hicieron estos investigadores fue engañar deliberadamente al profesorado. Y seguramente te preguntarás para qué lo hicieron. Justamente para saber si esto podría influir o condicionar a los docentes. Y sobre todo para ver si podría influir o condicionar el desempeño de los alumnos.
Resultados del experimento: las expectativas influyen y mucho

¡Bingo! Después de trabajar un trimestre con los dos grupos, los resultados de los alumnos fueron sorprendentes. Las notas de los supuesta, pero erróneamente, etiquetados como “buenos en el test” se dispararon positivamente.
Por otro lado, las notas de los supuesta, pero erróneamente, etiquetados como “malos en el test” se dispararon negativamente.
Efectivamente, las falsas expectativas depositadas en estos jóvenes influyó significativamente en sus profesores y en ellos mismos. O dicho de otra manera, si aplicamos estos resultados a nuestra vida podemos afirmar que: “las expectativas que generamos respecto de los niños influyen enormemente en cómo estos se ven, en lo que hacen, y en lo que, en última instancia, son”
El impacto que tiene etiquetar a los jóvenes
Aunque creamos que no, las creencias sobre nuestros adolescentes están teniendo un impacto enorme en su desarrollo.
Y, lo mismo ocurre con las ETIQUETAS que utilizamos con ellos. Es importante evitar los: “eres muy torpe”; “eres muy arisco”; “eres negada para las mates”, etc.
Lo que esperamos de los adolescentes, incluso si no lo expresamos con palabras y de forma directa, puede moldear su estructura interna y, por lo tanto, marcar su vida.
Si vas a poner etiquetas a los adolescentes, utiliza solo las que sean positivas

Si eres padre de un adolescente o te relacionas con ellos por cuestión de parentesco o profesión, tenemos una propuesta para ti.
Te proponemos darle la vuelta a la tortilla para que consigas impactar positivamente en la vida de tu adolescente. A partir de ahora, piensa, cree con firmeza y comunica a tu adolescente lo capaz, talentoso, especial, importante y maravilloso que ES.
Porque la evidencia científica confirma que esa es la mirada que tu adolescente necesita y merece para poderse creer y sentir así.
Por último, te invitamos a que seas un modelo a seguir cuando se trata de confianza. Será el mayor regalo que puedas hacer a los niños y adolescentes que te rodean.
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#LosCámara (Ángel Cámara)
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